10 técnicas de relajacvioón sencillas y eficaz

¿Cuántas veces al día contraes la respiración, aprietas las mandíbulas, frunces el ceño y aprietas los músculos? Millones de personas hacen esto a diario… Lo que no saben es que se trata de la representación física del estrés. Los estudios muestran que él es el causante de cerca del 80% de las enfermedades que existen, y que absolutamente todos estamos expuestos diariamente a sufrir varias dosis de estrés (y, por tanto, esas enfermedades). No nos engañemos: vivimos en un estilo de vida moderno ocupado… Muy ocupado. Y lógicamente eso nos pasa factura; entre otras, el estrés y todas sus consecuencias. Y a veces no nos damos cuenta hasta que estamos en el límite. Y por supuesto no hace falta que esperes a llegar a tu límite para empezar a vivir más relajado, y eso es precisamente lo que queremos proponerte hoy desde Omsica: que vivas más relajado y aproveches todas las ventajas de alejar el estrés. ¿Cómo? No tendrás que dedicar todo el día, ni cambiar tu rutina y apartar grandes bloques de tiempo. No. Simplemente, te bastará con encontrar 10 minutos y adaptar tus tareas diarias a un modo más relajado. Lo que te proponemos es como un “parar para seguir caminando”, así que para que logres el equilibrio perfecto entre mente y cuerpo y les des el descanso que se merecen te proponemos 10 técnicas de relajación rápidas y efectivas para que no solamente mantengas la armonía física, mental y emocional sino para que también tengas éxito en las relaciones y en todo lo demás. ¿Preparad@? Omsica: 10 técnicas eficaces de relajación para hacer en cualquier momento ¿Cuántas veces has tenido esa sensación de que necesitas darte un descanso? ¿Cuántas veces deseaste poder relajarte pero sentiste que ni siquiera para eso tenías tiempo? La relajación, como el estrés, empieza en la mente. Así que desde Omsica te proponemos 10 técnicas de relajación sencillas pero muy efectivas que puedes hacer en tan solo 10 minutos y que harán que te sientas muy relajado con todo lo que eso implica: mayor productividad, mayor equilibrio entre cuerpo y mente, más combustible para el día y día y aumento de tu estado de ánimo para cada una de las áreas de tu vida. ¿Te gustaría vivir un poco más despacio? Aquí te damos 10 técnicas para que conseguirlo no solo sea posible, sino que además se convierta en un placer diario: 1) Medita con Omsica. ¿Por qué meditar con Omsica? No hay nada que relaje más y mejor, ni siquiera dormir! Así que deja que tu mente se absorba en la banda sonora de Omsica: solo ponte tus auriculares y déjate seducir por la relajación (puedes leer más sobre Omsica y las características de sus audios aquí). De este modo tu mente dejará de hablarte y podrás alejar los pensamientos estresantes y ruidosos. Con los audios de Omsica el cerebro se relaja, lo que indica la liberación de calmar, curar y ‘sentirse bien’ con sustancia como la oxitocina. Entre 15-30 minutos de “tiempo para mí” pone tus preocupaciones en espera y te da la oportunidad de reiniciar el sistema. Y si prefieres meditar sin música, puedes probar cualquiera de las técnicas de meditación que te hemos compartido. 2) Realiza una acción repetitiva. La calma de realizar una acción repetitiva ayuda a mantener la atención en el momento presente. Puedes caminar, barrer, lavar los platos, yoga, tai chi, etc. Cualquier tipo de ejercicio lento y repetitivo puede convertirse en algo muy relajante. 3) Imagínate relajado. Mientras estás meditando, o incluso si puedes encontrar 3 minutos en el trabajo, usa tu imaginación y visualízate llegando a ser una persona extremadamente relajada. Imagina que estás en un lugar donde te sientes feliz y relajado, y haz que la visualización sea real en tu mente. Cuanto más realista, más relajado te sentirás (lee nuestro artículo “cómo usar la visualización para lograr tus metas”). 4) Respira. Observa cómo es tu respiración cuando estás estresado: es superficial y rápida. Al concentrarte en la respiración te puedes relajar muy rápido (en nuestro blogpost “aprende a respirar” te contamos más!). Básicamente, prueba a dejar escapar un suspiro imaginando que la tensión abandona tu cuerpo, y después vuélvete muy consciente de la experiencia de respirar. Toma consciencia de cómo el aire se mueve dentro de la nariz (probablemente escuchas el ruido al inhalar, pero ¿notas algún olor?), del funcionamiento de sus pulmones y cómo el abdomen se expande, la pausa entre inhalación y exhalación, la exhalación y la relajación que viene con la exhalación, la pausa entre inhalación y exhalación de nuevo… y así sucesivamente. Verás que hay una gran disminución en la frecuencia respiratoria, al mismo tiempo que tu respiración se vuelve más profunda y relajada. 5) Sé consciente. En otras palabras: estate aquí y ahora. Cualquier cosa que estés haciendo se merece toda tu atención, así que trata de dársela igual que en el ejercicio de respiración. Olvídate de ese destructor de la productividad llamado multitarea, y céntrate en hacer una sola cosa a la vez y hacerlo excepcionalmente bien. Sé cuidadoso, deliberado, sin prisas y consciente de todos los matices de lo que estás haciendo. Presta atención a todo lo que haces (recuerda: de uno en uno!) y tendrás una sensación de relajación al instante! 6) Usa el poder del tacto. Abraza a un ser querido, da un masaje a la espalda a tu hijo o a tu pareja, acaricia la barriga a tu perro… Lo que sea! Pero es importante que sepas que tocar es extremadamente calmante. El contacto físico con otro ser vivo se ha demostrado que reduce la presión arterial y disminuye las hormonas del estrés. Además, se siente una conexión real con otro ser. 7) Toma una taza de té caliente. Prueba a beber una taza de manzanilla o de té verde, de menta o de hierbas fragantes que involucra a los sentidos. El té ayuda a disminuir los niveles de cortisol (conocida también como “hormona del estrés”), e incluso el té negro (alto en teína) ayuda a disminuir el estrés! Eso sí: trata a evitar el café. 8) Escucha música. Aunque te parezca contradictorio: evita música optimista o con un ritmo rápido, ya que eso hace que tu corazón empiece a latir más rápido y el cerebro también. Te invitamos a que pruebes nuestra pista de audio gratuita de Omsica para que veas cómo tu cerebro se acompasa al ritmo y empiezas a relajarte (haz click AQUÍ para escucharla). Recuerda eso: tempo lento y melodías simples son las mejores para la relajación. 9) Piensa en positivo. Realmente funciona. Puedes cambiar tu actitud y sentir que la tensión abandona tu cuerpo en cuestión de minutos. A partir de ahora elige ver el beneficio en una situación y pasa por alto los aspectos negativos. Este es el trato: tú elijes tu actitud de todos modos, así que ¿por qué no elegir una actitud que sea feliz y relajada? Una actitud alegre y positiva es más relajante que una actitud tensa y negativa! 10) Sonríe. Deja que las esquinas de tu boca suban hacia arriba y arrastra tu actitud con ellas. Es increíble lo relajado que te sentirás casi al instante (si quieres saber más te invitamos a que leas nuestro artículo “los beneficios de la risa”). La cuestión es que trates de dominar tu mente y dejar ir los pensamientos estresantes que te hacen vivir acelerado. Te invitamos a que pongas en práctica estas 10 técnicas (o las que más se adapten a ti), y empieces a ser más consciente y a vivir “aquí y ahora”. ¿Qué te parecieron estas 10 técnicas? Como ves son muy sencillas y efectivas, y probablemente algunas de ellas ya tienen cabida en tu día a día, lo que es genial ¿Te sientes estresado con mucha frecuencia? ¿Crees que necesitas relajarte pero no lo consigues? Cuéntanos cómo te sientes, prueba estas técnicas y déjanos un comentario aquí abajo. Estamos seguros que esto causará un cambio en tu vida cotidiana!

MEDITACIÓN EN LA VIDA COTIDIANA

No hace falta ir al Tíbet para meditar…cada día, cada minuto, cada segundo es una oportunidad para respirar lento y profundo por la nariz, hacer respiraciones conscientes, y poner toda nuestra atención en lo que estemos haciendo, ya sea cambiar un pañal, barrer, escuchar a alguien… eso es meditar, ser consciente de tu respiración y poner lo máximo de ti en las actividades diarias. Aparte hay otras técnicas, pero… no hace falta ir al Tíbet ¿verdad?